Si viviese en una época más bella
peregrinaría por sus calles
de gloria
pisando la hierba húmeda
de sus aceras
mientras suena la melodía
faldicorta
de un entusiasta aprendiz.
El poeta se armaría
de fullerías estéticas
abusando de la métrica
con barroquismo exultante
bajo la alegre guardia
de la hermosura triunfante.
Pero no,
bajo el asfalto no hay flores
no
bajo el lodo no hay colores
no.
El cielo negro contamina
las masas grises desprovistas
de cualquier forma de vida.
Cualquier expresión es tosca,
símbolos travestidos
de palabras sin sentido
que el engaño utiliza
para seguir con el circo.
Animales de arrastre
indolentes
tiran de la carga
-todo el peso.
Asnos, burros y mulas
asalariados
avanzan tras la nómina
zanahoria.
El arte hermoso disimula
la mugre del oprobio
la suciedad del letargo
de una realidad oscura.
El compromiso es alumbrar
el rincón renegrido
y desvelar
el traje invisible del rey,
el retablo de las maravillas
y todas sus mentiras.