domingo, 30 de enero de 2011

Vomitar un Domingo en París

Es con mi cabeza en el váter
tópico fallido y nausea de Domingo
con mi barba enrollada
y con mis ojos medio abiertos
que ya paran de sangrar.
Es con mi espejo comediante
de mal farsante y mal amante
que interpreta esta caída
y con mis manos que han cogido
y que han acariciado y han pegado
sin rendirse ni una vez.

Es con mi resaca de Domingo
que escucho Le déserteur de Boris Vian 
en vez The Last Resort
y con mis píes que se han quemado
bajo la taza y se han rendido
a la batalla vertical.
Y con mi cuello que ha perdido
de la cabeza cada giro
y no ha sabido sostener,
con mi día que es repetido
ni una mentira que lo maquille
para poderlo mejorar.

Es con Moustaki y su Extranjero
París latino y sin papeles
con mi triste indulgencia
que me concedo despistado,
suena La Bohème en Tetuán
un día por olvidar.
Y yo romperé, si lo consigo,
el espejo con mi cráneo
igual recobro la mesura
y despido este afectado,
parar la trompeta, parar el viento,
Vivir así la realidad
Así de sucia he de encontrar
Morir así la realidad
yo también sé vomitar.