Somos árboles nogales
ahora estanterías
manufacturadas en Ikea.
Somos aguas turbias
embotelladas ilegalmente
por Pepsi o Cocacola.
Somos vientos del sur
furiosos
transformados en energía eólica.
Somos tierras fértiles
recalificadas
en urbanizaciones de clase mierda.
Somos un racimo de uvas,
manzanas en una cesta,
somos un bodegón
colgado en la pared
de un salón
de unos viejos
que nadie
visita
ya.