Todas las cosas deberían tener un nombre propio.
Por ejemplo ese banco de nada,
ese banco de mierda incómodo
no pertenece al Ayuntamiento
ni forma parte del mobiliario urbano:
ahí durmió Alguien durante meses,
ahí se sentaba Alguien a esperar a Alguien
durante horas
sin factura ni derechos de propiedad
¿para qué?
si cuando las cosas son nuestras [de verdad]
no necesitamos recibos:
las cogemos,
las usamos,
y a veces incluso las olvidamos.