Todos tenemos historias que contar,
cicatrices que enseñamos con orgullo
o heridas aun abiertas
que tratamos de ocultar.
Todos tenemos un pasado,
un antecedente penal,
alguna deuda sin pagar
o sin cobrar.
Todos ocultamos alguna muesca,
un tachón o una errata,
algo
que siempre duele recordar.
Así que deja de lamentarte en voz alta.
Te tiras o no te tiras,
pero deja paso a los demás.