"Jugando en Tetuán". Foto familiar de un vecino del barrio (vía Aquí Tetuán) |
No importa quién seas
de dónde vengas
o cuánto tengas,
da igual si tu ventana da a un patio interior
que huele a puchero,
si está lleno de ratas
o sirve de tendedero.
Es lo mismo.
Aquí los coches suenan como olas rompiendo,
aquí sopla la brisa cada noche
tras el paso de camiones cisterna
del Servicio Municipal,
aquí ríen las viudas de ojos morados
los niños sin dientes
y las putas del este.
Aquí terminan todos los caminos
para volver a empezar.
Esta es la historia que no pudo ser,
de las cervezas desbravadas,
del "yo no soy racista pero",
de los taxistas guerracivilistas
y de los ciclistas kamikaze,
de las que quieren cambiar el mundo
sin saber cambiar de bragas.
Madrid fosa séptica
ciudad capital,
Madrid sosa caústica
yo no me iría nunca:
me quedaría hasta perder la memoria
y cada uno de mis dientes
sino fuese porque sé
que hace tiempo
que decidiste
mandarnos a todos
a la cola del palo.