lunes, 20 de julio de 2015

Volabesta

Todo lo que piso me pertenece
y siempre tengo hambre.
Ni compro, ni vendo,
la única ley la de las hienas:
nada sobra, todo se comparte.
La noche me amamanta con su leche de pantera,
niñas muestran orgullosas sus nudillos
en parques sin carteles, los dientes mellados,
cantando lo de si te vas a vender que al final sea una estafa.
Afila tu cuchillo con las costillas de tu jefe,
desnúdate,
úntate de sangre y piérdete,
el viento sopla de frente
si nunca dejas de correr.