martes, 1 de marzo de 2011
Fu ya marca su territorio
Fue el único que no me reclamó
cuando me introduje en el vallado de su jaula
otros estaban histéricos, ansiosos
demandando mi atención.
Por eso le escogí a él.
Tal vez conocía demasiado bien
la clase de animal que eramos los humanos
tal vez sintió en su vértebra hundida
o en sus dientes rotos
el trato que dispensábamos los humanos.
Tal vez no,
seguro.
Yo me acababa de mudar a un barrio de abandono
de jubilados solitarios
de inmigrantes con
o sin papeles.
Yo descubrí un hogar aquí
y él uno en mí.
Tenía miedo a los hombres barbudos
pensé que le recordaban a su anterior dueño.
Tenía miedo a los hombres con bastón
a los hombres con prisa
a los hombres sin bastón
a los hombres sin barba
a los hombres sin prisa
también.
Tal vez no se equivocaba.
Tal vez no,
seguro.
Ha pasado un año de aquello
una vida entera, la suya y la mía.
Sigue con miedo,
menos, pero sigue.
Sigue teniendo razón.
Se ha ganado el respeto
de los niños cubanos de la calle
de los borrachos de la esquina
de los que recogen chatarra
de los yonkis del parque
y de otras personas corrientes
también.
Pero también tuvimos que luchar
cuando intentaron robármelo
también tuvimos que insultar
cuando intentaron comprármelo.
Él sabe que yo no soy un hombre
aunque lleve barba
y tenga prisa.
Jamás se me ocurriría ser un hombre
jamás quise serlo
lo supe cuando era pequeño
lo sé ahora que soy un perro
también, como él.
Hoy es el primer día
que ha marcado territorio
con varias ráfagas amarillas
en distintos árboles y esquinas.
Hoy es el primer día
que reclama
este territorio como suyo
aunque hace tiempo que ya era
que ya eramos
parte de esta tierra que el hombre
quiso cubrir
de cemento y alquitrán.