Arruinar el lenguaje con la deconstrucción
y recomponer un churrieresco
lo suficientemente abigarrado e ilegible
para parecer
algo.
O todo lo contrario:
reducir la creación a la medida
de un diario preadolescente
ser naïf [o más bien BoBo]
para seguir pareciendo
algo.
Segundo movimiento:
Rodearse de nadies tontocool
y practicar postmamadas a los de arriba
activando el limpiaparabrisas
de las gafas de pasta.
[o cualquier otro tópico]
Tercer movimiento:
Hostigar con metareferencias
e incrustar sufijos en cada apellido
de cada autor maldito,
maldito comercial
[y siempre pontificar]
Cuarto movimiento:
Lo importante es el lobby
la pandilla o la crew:
ser la guardia de la porra editorial
y mantener a salvo los premios y concursos
de los intrusos:
amañar, falsear y distorsionar
[que parezca un accidente]
Quinto movimiento:
Estar en la pomada mainstream
de la literatura Deluxe,
garbear el disfraz de poeta y escritor
en todos los saraos
[tatuajes oldschool, que es lo que les jode]
Sexto movimiento:
Ascender en el negocio piramidal
o en la jerarquía eclesiástica cultural
[es el monopolio, idiota]
Conseguir unas practicas, una beca
o un puesto institucional:
chupar del bote o de lo que sea,
pero nunca,
nunca,
dejar de chupar
¡mamones!