Mendigos que se llevan solos en Bordeaux, de Goya. |
Todos mi pájaros
tienen las alas rotas,
los gatos no maullan
y a nadie le importa.
Aquí nunca sale el sol
porque nunca hubo noche
ni cielos estrellados.
Tampoco las calles,
que nunca se hicieron.
No es que nos falten
es que nunca existieron.
Todos mis muertos están muy presentes,
son muy callados
pero no falta ninguno.
Sé lo que saben
y no es necesario,
tampoco yo pienso
que sea muy extraño.
Todo lo que tengo
lo comparto con todos,
no me lo agradecen
ni tampoco lo espero.
Nunca tuve nada
y sería muy raro.