Antes de irme
de echar el último vistazo
y pegar definitivamente la barbilla al cuello por última vez,
me gustaría traducir el lenguaje del resto de animales
probar con vosotras todas las drogas
unir las dos costas del Estrecho
-de todos los estrechos-
destrozar todos los registros bancarios, de identidad y propiedad
que nadie tenga ni deba nada
derribar los muros de las prisiones, los centros de menores, los psiquiátricos
las paredes de los colegios, los museos
las perreras, urbanizaciones,
centros financieros, laborales y comerciales
fronteras, todas,
plantar cebollas, patatas, tomates, ajos
uvas, hierbas, amapolas, rudas sirias,
cargarme a todos los policías que pueda
y bailar contigo desnuda
sobre la sangre de los cadáveres del viejo mundo.