miércoles, 6 de mayo de 2015

FU


Antes de ti yo ni escribía, 
no de verdad.

Hace cinco años que nos encontramos,
abandonados y apaleados, los dos,
y juntos fuimos rescatándonos, 
a nuestra manera, ya sabes,
si no había dinero sólo comías tú,
si yo no dormía no descansábamos ninguno,
si no te gustaba alguien,
a mi tampoco.

A tu paso brillaba hasta la calle Algodonales,
acuérdate,
los niños gritaban tu nombre desde las ventanas
y no había rincón, en todo el barrio,
donde no fueses recibido con honores.

No te fiabas de los hombres,
nunca pudiste olvidar los palos que aun marcaban tu espalda,
yo tampoco,
pero supimos vivir en igualdad, 
ni amo ni mascota,
tú y yo.

Nunca lo entendieron,
y por dejarte la libertad que otros te negaron, nos separaron.
"Respeto por la vida", escribió un buen amigo,
y no faltaron hermanos, ni manos,
ni planes de asalto para intentar recuperarte.
Fue imposible.

Desde entonces he intentado escribirte,
pero no puedo, ni siquiera esto.
Tal vez esta vez sea por supervivencia,
para que el recuerdo de tu aliento y de tus latidos
sea un poco menos doloroso,
lo dudo,
algunas noches creo escuchar tus pasos y yo sigo aquí,
esperando a que algún día vuelvas a rescatarme de nuevo.