antes de dormirse,
no vaya a ser que sueñen que vuelan y caen
y acaben perdiendo
todos los dientes.
Los humanos estamos enfermos
y cuánto más humanos, peor,
más sucio el corazón.
Me hielan la sangre
las promesas de nuevos mundos
sin contar con este
pero reproduciéndolo precariamente.
Cada persona es un problema
pero sólo la yerra marca
a las sin rumbo ni tumbo,
sin oficio ni beneficio,
sin ánimo de lucro
ni de nada.
A todos esos jarrones chinos
que vagabundean entre inmaculados,
todos esos trocitos desordenados y mezclados
imposibles de recuperar,
yo os bendigo.
Al resto,
a los puros, limpios,
a los que nunca erraron
cuyas vidas discurren apaciblemente
lejos de penurias y aprietos,
sólo os digo una cosa
Yo he venido a mataros.