miércoles, 4 de abril de 2018

CR3PITVS

A veces me preguntan
porqué tantas estampitas religiosas,
tantos santos, tantas vírgenes, tantos beatos,
tanto cristo crucificado y resucitado
adornando mi casa que no es mía.
Yo no creo en vuestro dios,
tampoco las místicas
-su dios moría cuando ellas morían-
ni mis brujas que hoy recomponen
los renglones robados de su historia.
No creo en mí
ni en ti,
ni en todos esos que hablan en nombre del pueblo,
del dinero, de cómo organizar el caos
limando imperfecciones,
esos de voz templada y piel incólume
que nunca se marearon de hambre.
Creo en los instantes,
fogonazos de eternidad,
en los espíritus errantes que poseen el momento
y se encuentran en la fuga
como balas pérdidas,
fuego amigo,
pequeñas resistencias en un mundo
en perpetua descomposición.