sábado, 31 de marzo de 2012

Sturm und Drang (a los románticos)

El Aquelarre, de Francisco de Goya (1798)

Adorad al Gran Cabrón hasta la náusea,
abridle vuestros corazones,
ofrecedle vuestras venas abiertas en vertical
para que abreve hasta saciarse.

Desentrañaos en lo alto de la montaña,
desgarrad vuestros ligamentos,
ofreceos a los buitres y a las hienas
hasta abandonar toda materialidad.

Intentad ahora, poetas, hablar del alma
con vuestras bocas sin dientes,
de las pasiones del corazón ya podrido
o deglutido,
posiblemente defecado,
en algún lugar escondido:
allí donde yacen descompuestos
los cuerpos de todos los románticos empedernidos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Homenaje al Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas

Discurso en el XXXI Aniversario de la Gran Victoria

Camaradas, compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras, secretarios y secretarias sindicales, representantes y... representantes gremiales, embajadores y embajadoras de las naciones amigas y resto de autoridades y asistentes.


Hoy es un día muy especial para nuestro pueblo. Un día emotivo para todos nosotros. Especial, emotivo, pero sobre todo de gran trascendencia histórica para la humanidad. El 26 de Marzo simboliza el fin de un mundo viejo, cobarde y avaro. Un mundo de injusticias, desigualdad y pobreza generalizada. Pero el 26 de Marzo significa, por encima de todo, la fecha del comienzo del nuevo mundo, el día de la Gran Victoria, el día que cambiaría por completo la forma en la que los humanos nos organizamos, en la que los humanos convivimos, en la nos ayudamos -gritos de "¡solidaridad, solidaridad, solidaridad!"-. El 26 de Marzo es, sin lugar a dudas, el año cero de nuestra Gran Civilización. Hoy tengo el orgullo, el placer y porqué no decirlo; el deber -risas en las gradas- de recordar los hechos del 26 de Marzo no sólo para rendir homenaje a todos aquellos que lucharon por lo que hoy somos, por lo que hoy tenemos, sino sobre todo para reivindicar el papel fundamental que tuvo nuestra organización en la Gran Revolución, desde sus comienzos durante el régimen anarcojuancarlista hasta hoy en día, sin olvidar su papel fundamental durante la fecha que hoy recordamos, al contrario.


-Los asistentes, de pie sobre sus asientos, corean al unisono "¡SEPLA, SEPLA, SEPLA!".


El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas -¡Viva!- fue, sin duda alguna, el movimiento político-social de vanguardia durante la última restauración borbónica. Ningún otra organización, ningún otro sindicato, fue capaz de combatir y hacer frente a los distintos gobiernos con tanta entrega y valor como lo hizo el SEPLA -¡Viva!-. En una época triste y confusa bajo el eterno gobierno de los rojiazules, con una oposición verdimagenta servil y cobarde vendida al poder, con unos sindicatos al servicio del monarca demoabsolutista y una ciudadanía mayoritariamente progrefascista, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas -¡Viva!- representó la inquebrantable y genuina expresión de resistencia contra un régimen político y un sistema económico hoy afortunadamente fenecidos.


Durante aquellos años el régimen fue vendiendo y privatizando todas las empresas públicas propiedad del Estado, incentivó la deslocalización de todos los sectores productivos hasta eliminar todo el tejido industrial de nuestra tierra. Instauró el salvaje mercado al mismo tiempo que se aseguraba, con una legislación opaca, el control sobre la oferta y la demanda así como todo el poder legislativo-administrativo referente al propio mercado. Las consecuencias, como todos sabéis, fueron desastrosas: el país subsistía gracias al turismo sexual y a la industria psiconaútica, donde los trabajadores -¡y trabajadoras! apuntan desde el gallinero- eran sometidos a condiciones infrahumanas, sin contratos laborales, con unos sueldos de hambre y sin capacidad para comprar, en la mayoría de los casos, un simple módulo habitacional. Las fichas de casino, la moneda local tras el descalabro del Euro, estaban muy devaluadas y el encarecimiento de los productos de primera necesidad fue tan atroz que las familias se jugaban las fichas al doble o nada. ¡Y siempre era nada!

En ese contexto el SEPLA -¡Viva!- intentó promover diversas huelgas generales con el fin de frenar las privatizaciones y derrocar al régimen. Sin embargo siempre se encontraba con la negativa tanto de las cúpulas sindicales mayoritarias como de una gran parte de la población trabajadora -¡y trabajador!- que envidiaba las condiciones laborales de nuestros pilotos. Unas condiciones laborales que nadie les regaló, al contrario: se enfrentaban literalmente a todo el mundo para preservar sus derechos ante cualquier intento de reforma laboral. El SEPLA -¡Viva!- era una sola voz, un solo cuerpo compuesto por miles de trabajadores fieles y comprometidos con la causa. A diferencia del resto de centrales sindicales, cuando el SEPLA -¡Viva!- convocaba una huelga la totalidad de los trabajadores la secundaban. La claridad de sus objetivos, la contundencia de sus reclamaciones y sobre todo su inquebrantable unidad de acción hicieron del SEPLA -¡Viva!- el elemento más poderoso al servicio de la Revolución. En una época de postmodernismo sindical, de confusión y hastío generalizado, el SEPLA -¡Viva!- fue la antorcha en la oscuridad que iluminaría el camino de salida de la cueva del pasado.

-¡SEPLA, SEPLA, SEPLA...!- durante más de diez minutos.

No quisiera extenderme mucho más, no quisiera aburriros más -¡Viva!- con una historia que ya conocéis todos y todas. Pero tampoco quisiera que se olvidase la principal aportación del SEPLA -¡Viva!- a la humanidad. Nuestros bisnietos y bisnietas, nuestros nietos y nietas, nuestros hijos e hijas e incluso nosotros mismos -¡Y mismas!- debemos recordar que existimos gracias a ellos. Que sin su dedicación, que sin su esfuerzo y su constancia, sin su aporte genético nosotros no podríamos haber nacido. Los pilotos del SEPLA -¡Viva!- copularon y copularon hasta la extenuación allá donde viajaran, salvando a la humanidad de la extinción que amenazaba a la humanidad a causa de la impotencia general del resto de los hombres de la tierra. Sólo los pilotos, sólo el SEPLA -¡Viva!- pudieron construir sobre las ruinas del viejo mundo un mundo nuevo de esperanza y elegancia, un mundo libre y encantador que se sitúa en la cúspide de la historia, en los más alto del progreso humano, en la época de mayor esplendor que haya conocido la humanidad.

Hoy como ayer ¡Viva el SEPLA!

-¡Viva, viva, viva...! 

domingo, 18 de marzo de 2012

El hombre nuevo

Franken, de Paco Comet

El hombre nuevo fue el décimo octavo experimento fallido que,
debido a los recortes de presupuesto,
a la apatía general de los promotores de la investigación,
a la incompetencia de las autoridades al cargo
y a los intereses del mercado,
fue presentado como modelo definitivo en la feria de ganado de Fleckiev.

El hombre nuevo es el resultado de varios cruces genéticos
entre distintos mamíferos, insectos y personajes históricos
cuyo resultado es extremadamente deprimente y,
sin embargo, dicen que bastante funcional.

El hombre nuevo conserva los dedos prensiles pero no camina erguido
sino en posición de genuflexión, se reproduce por partenogénesis
y se estima que puede llegar a vivir 67 años de media.

Su modo de organización social es la manada piramidal o multinivel:
una jerarquía basada en el parasitismo y en la especulación
en cuya cúspide hallaríamos, en primer lugar,
los especímenes más tercos y vagos seguidos
por la distintas dinastías de grandes propietarios;
más abajo, los elementos más hostiles y violentos,
cuyas funciones son servir, proteger, informar
y mantener el orden;
por debajo de todos ellos los recolectores, los cazadores,
los administrativos y los grupos reproductores que aseguran
la perpetuación del hombre nuevo;
en lo más bajo de la jerarquía el lumpen, las clases menesterosas,
los elementos improductivos y los artistas en general.

El hombre nuevo siente una fascinación enfermiza
por los objetivos brillantes, las luces de neón
y tiende a acumular todo tipo de basura de consumo.

El hombre nuevo está destinado a repoblar el planeta tierra
ya que los hombres viejos están en vías de extinción
a causa de las guerras químicas y biológicas,
la ferocidad de la industria de la moda
y sobretodo por su incapacidad y desinterés
por la reproducción.

Se estima que el hombre nuevo sustituirá completamente
a la vieja estirpe humana en un plazo inferior a 50 años,
cuando los últimos hombres viejos se suiciden por depresión,
apatía, aburrimiento o incluso por pura diversión.

El hombre nuevo heredará una tierra derrotada y cansada,
un mundo de cartón piedra exhausto en estado de putrefacción;
deberá reconstruir sobre sus ruinas un nuevo orden planetario
aunque los hombres viejos no albergan muchas esperanzas
ni parece que les preocupe demasiado.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Miting por la huelga general del 29

-¡Compañeros, compañeras! ¡Trabajadores, trabajadoras!
[Silencio]
¡Ha llegado la hora de levantarse y luchar contra la reforma laboral!
-¿Cuándo?- grita una mujer desde abajo.
-¡Ahora es el momento, hemos organizado y os hemos convocado para una gran huelga general!
-¡Incendiemos sus casas -replica un joven murciano- y violemos a sus mujeres!
-¡No! ¡No! Compañeros y compañeras, escuchad con atención: hemos convocado una huelga de trabajadores para el día 29 de Marzo, un día de lucha, un paro general, bajo el lema "Quieren acabar con todo: con los derechos laborales y sociales"
-¿Un día?- insiste la mujer desde abajo.
-¡Sí! ¡Un gran día de dignidad obrera y trabajadora! ¡Un día para demostrar que no nos doblegaremos a los intereses de los mercados y de la Merkel!
-¡Arrasemos con todo!- dice el joven murciano mientras empuña el mástil de la bandera de plástico.
-Ese día tengo que ir al ambulatorio -dice la señora de abajo-, luego tengo que hacer la colada y la comida para mi esposo, mis dos hijos, sus mujeres y sus cinco hijos que se han venido a vivir con nosotros porque no tienen casa.
-¡Cállense y escuchen! ¡Ese día nadie debe ir a trabajar!
-¡Juá! -carcajada de un guineano que pasaba por allí.
-¡Menos risas, es un asunto muy serio! ¡El futuro del estado de bienestar está en peligro, quieren privatizarlo todo!
-¿Qué dise de un estado del estar? ¡Juá! -pregunta sin demasiado interés el guineano.
-El estado de bienestar hijo, lo que hace que si te vas al paro tengas un subsidio, que puedas ir al médico y puedas jubilarte con una pensión... -le contesta la señora de abajo.
-¡Juá! Yo no tengo ná de eso, bastante tengo con buscarme la vida cada noche -dice el guineano mientras coloca sus dos manos detrás de su nuca-. Ese señor barbudo paece un loco.
-¡Calma, calma! ¡No nos desviemos, lo importante es que nadie vaya a trabajar el día 29 y la huelga sea un éxito!
-Lo será -contesta airada la mujer de abajo-. Mire, mi marido está jubilado desde hace bastantes años, mis dos hijos están en paro, sus dos mujeres también y sus críos aun van al colegio. La huelga será un éxito seguro, al menos en mi familia.
-¡A los esquiroles mano dura! -aullaba el joven murciano golpeando la bandera de plástico contra el suelo-. ¡Barricadas en el Corte Inglés!
-¡Eso, eso! ¡Barbacoa en el cortinglé! ¡Juá! Hace dos días que no como ná caliente.
-Uy, pues eso no es nada bueno -dice la mujer de abajo cogiendo al guineano por el brazo-. Véngase a mi casa que otra cosa no, pero comida nunca falta en la mesa.
-Muchas grasias, si tuviese que esperá al 29 a lo mejó ya estaba muerto de hambre ¡Juá!
-¡¿Queréis dejar de hablar entre vosotros?! ¡Compañeros, compañeras, debemos frenar la reforma laboral para mantener los derechos hasta ahora conquistados!
-No me hable, no me hable -se queja la señora de abajo mientras se cerraba el chaleco-. A mi hijo Luis le despidieron hace tres años, t-r-e-s años, y llevaba más de diez años trabajando en la misma empresa con el mismo sueldo. Sí, sí, como lo oís, con el m-i-s-m-o sueldo desde que entró.
-¡Juá! Yo nunca he tenío contrato ni he firmao ná, pero barré he barrío como un negro desde que vine acá.
-¡Tenemos que defender nuestros derechos, son muchos años de lucha y sacrificio para conseguirlos!
-¡Juá!
-Este señor me está poniendo nerviosa, como si lo que teníamos antes de la dichosa reforma fuese la panacea, vamos hombre, eso díselo a mis hijos y a sus mujeres. Ay, yo no sé que va a ser de estos chicos.
-¡Señora por favor, un poco de respeto! ¡Soy el máximo representante de los trabajadores!
-¡Juá! Me paese que ya no quedan de esos barbudo loco.
-A mi este hombre me da mala espina, parece un fanático religioso con esa barba y esos gritos tan molestos. -la señora de abajo coge al guineano-. Tú vente conmigo que vas a saber lo que es comer de cuchara.
-¡Clao qué sí! Adiós barbudo loco ¡Suerte con tu huerga! ¡Juá!
-¡Qué desastre! -se lamenta el sindicalista desde el atril-. A ver, tú -dirigiéndose al joven murciano- ¿Crees que la huelga será un éxito?
-¿Un éxito?
-Sí, que si será un éxito, que si nadie irá a trabajar y tumbaremos la reforma laboral.
-¡Hombre, éxito será! Ya nadie tiene trabajo así que no te preocupes. Además estamos todos muy cabreados y vamos a arrasar hasta conseguir tumbar la reforma laboral.
-¡Pero hombre no, nada de violencia! ¡Los trabajadores conquistarán sus derechos pacíficamente!
-¿Eh? -dice el murciano contrariado.
-Debemos ser cívicos, debemos respetar la legalidad y demostrar nuestra repulsa pacíficamente con piquetes informativos para que nadie vaya a trabajar. Pero nada de violencia joven.
-¡Pero si nadie va a ir a trabajar¡, cago en Dios, ni el 29 ni el 28 ni nunca, que no hay trabajo y ya se nos están hinchando las pelotas -mientras hacía el gesto de recogerse las mismas. -¡Guerra social!.
-¡No, no, no, no, no! ¡Nada de guerra... nada de violencia! ¡La lucha es el día de la huelga general y punto!
-¡¿Y al día siguiente?!
-Todos a trabajar y esperar a que cambien la reforma laboral.
-¡Gilipolleces! 
-¿Qué? ¡Gilipollas tú!
-¡Túputamadre sindicalista de mierda! 
-¡Fascista! -responde el sindicalista lanzando un dedo acusador.
-¡Subnormal, cabrón, hijoputa! ¡Sois todos iguales!
-¡¿Quienes?!
-¡Todos! -el joven murciano miró a su alrededor y vió que estaban ellos dos solos, el sindicalista en el atril y él, nadie más. Hacía un rato que el guineano y la señora se habían marchado. -¡Los grandes sindicalistas sois escoria, no queréis arreglar nada de verdad!
-¡Fascista... Stalinista!-le grita el sindicalista con las barbas al aire.
-¡Que os jodan!- El joven murciano cogió el palo de la bandera de plástico y lo lanzó como una jabalina a la cabeza del sindicalista, que logró esquivarlo de milagro.
-¡Cuidado! ¡¿Pero qué haces loco?! ¡Un respeto! ¡Soy el máximo representante de los trabajadores, llevo más de treinta años como sindicalista en jefe!
-¡Cabrón! ¡Eres el único que tiene trabajo y lo único que haces es hablar de tonterías! ¡Que te den, me voy!

El sindicalista se atusó la barba y empezó a recoger sus papeles y el estrado del mismo modo que el cura dobla los trapos y limpia el cáliz de la misa. El negocio no iba bien, la gente no pagaba las cuotas del sindicato y ya ni siquiera asistían a los mítines. El mundo se iría al garete sin nadie que guiase a los trabajadores. Las cosas no pintaban nada bien para el día 29 pero, en fin, al menos él conservaría su trabajo. Precisamente ese día tendría que echar horas extra.

miércoles, 7 de marzo de 2012

(Ella) Nosotras

Stanley Forman (1975)
Liberábamos espirales de risa nerviosa a cada latido
como turistas desarmados en un frenopático,
como viejos seniles perdidos en un supermercado
tratando de protegerse con sus dientes falsos
de una visión fragmentada.
Intentábamos recomponer la mirada, inclinándonos,
procurando abarcar a través del reflejo del espejo
algo más que nuestros bustos de foto de carnet, en vano,
pues hacía ya mucho tiempo que nuestros cerebros
sólo procesaban imágenes pixeladas
dentro de un marco de 17 pulgadas.

lunes, 5 de marzo de 2012

PARTE DE GUERRA VII


La Vanguardia Ostracista Libertaria Impertérrita Autónoma de la Nueva Individualidad Hiperbórea Iconoclasta Legitimista (AKA V.O.L.I.A.N.I.H.I.L.) lucha sin cuartel porque no tiene ni para un minipiso. La guerra de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. es global y expansiva: sucede allí donde ha de suceder. Los miembros de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. no necesitan saber necesariamente su condición de miembros, incluso es posible que desconozcan qué es la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L., del mismo modo que no hace falta saber qué es la sístole y la diástole para vivir y, sin embargo, sin ellas sería imposible hacerlo.

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. no es pacifista ni lo contrario: la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. simplemente es, más allá de cualquier tipo de etiqueta, incluida la de "V.O.L.I.A.N.I.H.I.L.". Cada situación requiere una respuesta y cada respuesta requiere una situación. Por eso las formas, los modos y las tácticas no subyugan a la estrategia ni viceversa: todo ocurre porque ha de ocurrir, y si no ocurre se ha de provocar. No es algo que haga falta entender. El entendimiento humano, como el de cualquier otra especie animal, tiene sus limitaciones. Vivimos con ello sin preocuparnos demasiado.

Las revoluciones pacíficas no significan nada: la de Gandhi fue pacifista, la de Mussolini también. Curiosamente los dos fueron buenos amigos y admiradores mutuos. El debate de la violencia no nos interesa porque es una trampa: la violencia se ejerce siempre desde arriba, desde el poder, por lo tanto los de abajo jamás podrán ejercerla. Sólo nos queda la agresividad: ideas agresivas, bocas agresivas, manos agresivas. El enfrentamiento directo con las fuerzas del orden sólo lleva a derrotas programadas contra los guardias de la porra. El poder siempre se mantiene alejado de la muchedumbre porque la teme: su supuesta legítimidad representativa funciona a través de miles de funcionarios y periodistas como intermediarios de distinto rango y servicio. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. es capaz de asumir cada uno de los golpes sin inmutarse del mismo modo que es capaz de apreciar la belleza intrínseca de una algarada armada. La contradicción es nuestro principio de supervivencia: la coherencia es un invento doloroso y caro.

La sección "Tullidos y Retrasados" de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. lucha cómo, dónde y con lo que puede porque puede y quiere. El propio nombre indica su propia contradicción: todos somos tullidos y retrasados, sólo que a ellos además les llaman "minusválidos". Ellos son tan válidos como cualquiera de nosotros: todos estamos hechos del mismo fango, todos somos hijos de Dos.

La sección "Tullidos y Retrasados" de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. de lo que se conoce por Bolivia inició el 19 de Febrero una marcha desde Trinidad hasta la ciudad de La Paz demandando más ayudas y derechos. Su lema fue "somos retrasados, no gilipollas". Si la sociedad, si el estado, si la gente los aparta por ser minusválidos ellos no se van a amilanar. Sí, puede que les falte un brazo o que no sean tan inteligentes como para poder terminar los cursos de esos campos de reeducación que son los colegios, pero también quieren subisistir como los demás y, dado que no les permiten ser explotados en cualquier empresa como cualquier persona normal y entera, tienen que pedir las cosas a su modo.

AP / Juan Karita

Getty Images / AIZAR RALDES

Reuters / DAVID MERCADO

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AP / Stringer

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sábado, 3 de marzo de 2012

La vía húmeda

Leopardo, de Fabi White

Lo primero que debes entender
es que no se trata de dejarse caer sin más,
no basta con perder el equilibrio.
Derrumbarse implica voluntad,
varios kilos de nitrato de amonio y queroseno
repartidos por el cuerpo:
en las cuencas oculares, entre las costillas,
en los pabellones auriculares y en las plantas de los píes.

Lo segundo que debes saber
es que somos materia sensible,
principio detonador de carga expansiva:
aunque trates de elegir el momento
y el lugar adecuado para cada estallido
nunca acertarás,
siempre causarás victimas colaterales.

Lo tercero y último que debes recordar
es que no existe una única forma de recomponer el cuerpo,
que puedes violentar tu arquitectura cuantas veces quieras.
El proceso de demolición implica la pérdida parcial
de las anteriores coordenadas:
traza nuevas tangentes, recupera tus suministros,
elabora nuevos explosivos y prepárate
para la siguiente detonación.