Nunca más volveremos
a mirarnos de este modo,
a enseñarme lo tuyo
y enseñarte lo mío.
No volveremos a reír
sin taparnos la boca,
hasta que duela.
Nunca más palpitarán nuestros labios
ni se te dormirán las piernas
cuando te toque.
Nunca más seremos tan jóvenes
como esta noche,
nunca más mancharé tus dedos
con mi sangre
como ahora.
Por eso aprieto las piernas con fuerza
hasta hacerte crujir los nudillos,
por eso cierro con fuerza
y empujo tu mano con mi mano
hacia dentro;
para tratar de atrapar este instante
y que no se escape
nunca más.
jueves, 27 de septiembre de 2012
domingo, 23 de septiembre de 2012
Seguiremos
Sin título (Milano odia) de Alessandro Pagani |
Seguiremos viendo a jubilados
buscando entre la basura,
bandas de estudiantes drogados
atacando a la policía
defendiendo su derecho
a colarse en un concierto,
madres solteras con carrera y máster
robando en el supermercado,
niñas de quince años
suplicando por un gramo,
políticos liberales
cobrando un sueldo del estado,
mendigos apaleados y quemados vivos
en los cajeros automáticos,
vídeos de accidentes
donde nadie echa una mano
porque todos están grabando.
Seguiremos viendo el tiempo pasar
no como vemos pasar el último metro de la noche
sino como un río cargado de residuos,
ramas,
ratas y palomas
que trataron de escapar.
martes, 18 de septiembre de 2012
La ciudad es mentira
Convirtieron los suburbios en estercoleros,
sumideros de miseria abandonados
y arrojados al tifus
y a las ratas.
Cuando la desinversión y la pobreza se estancaron
comenzaron a comprar e invertir,
desplazando a los ancianos seniles,
a los obreros, a los estudiantes de medio pelo,
a las putas y a los yonkis
por artistas modernos,
diseñadores,
franquicias de moda y complementos
y restaurantes de platos cuadrados.
Revalorizaron,
recalificaron,
gentrificaron.
Sustituyeron a los policías cocainómanos
por brigadas antivicio de porras generosas,
los bares de menú por locales retro,
los parques asilvestrados por zonas peatonales
donde instalar actos promocionales.
Desaparecieron los pobres,
las palomas y los ancianos que las alimentaban,
los niños semidesnudos jugando en la calle
y los borrachos de la esquina
que te daban los buenos días.
Ahora todo es lo mismo
y no es nada,
ciudades clónicas y fotogénicas
con demasiada mierda debajo de la alfombra.
Y aun apesta.
Apesta a parque de atracciones
y a vecinos enganchados al mainstream,
a turistas con gafas de realidad virtual
y a jóvenes vencidos por las circunstancias
y la cultura del subgénero comercial.
Aquella pobreza era imaginación
y era real.
Ahora es tan ahora,
tan limpio, organizado y sistematizado
que la vida no puede,
simplemente no es.
domingo, 16 de septiembre de 2012
TRICEFALIA
Humanos:
Podéis someter la tierra
dominar los ríos
domesticar el viento
y producir energía.
Podéis transformar las montañas,
hacer túneles,
desviar caudales
levantar diques
y asfaltar bosques.
Sois dioses,
emperadores, reyes;
vuestro poder no tiene límites.
Os hacéis llamar dueños y señores
la especie más avanzada
y sin embargo
sois vosotros los que nos alimentáis
cuando tenemos hambre,
los que nos sacáis a pasear
aunque estéis cansados,
haga frío
o tengáis resaca.
Sois el único animal
que aun limpiando las mierdas de otros
se hace llamar amo.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
DAS SPIEL
"A Presa", de Sandra López Díaz |
la presión es insoportable.
De tanto mordernos las uñas
hemos tocado hueso
y no parece que la cosa
vaya a mejorar.
Hay que estar muy loco
para no estar loco,
hay que ser muy estúpido
para hacerse el tonto
para no querer ver que nunca lo conseguiremos
que no llegaremos a nada y sin embargo,
sin embargo hay que ser muy aburrido para no seguir intentándolo
para no insistir ni volver a embestir contra los muros
hasta saltarnos los dientes
y sacarnos los ojos.
Sin esperanza, sin consuelo,
sin amor tal vez,
pero sin este juego,
sin este juego nos convertiríamos en un tedio
insoportable.
No, nunca dejaremos de jugar
aunque sepamos de antemano
que ya estamos perdidos.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Contra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio
Para acabar con el suicidio,
para impedir que la gente
se cuelgue
se queme a lo bonzo
se tire desde un quinto piso
se intoxique con pastillas
se pegue un tiro
inhale gas
monóxido de carbono
helio
o se estampe a 180 kilómetros por hora
contra un muro de hormigón
hay que liquidar las relaciones afectivas insatisfactorias
los días lluviosos
los suspensos y el fracaso
el paro y los trabajos basura
las enfermedades mentales
la soledad
el aburrimiento
revisar la protohistoria
reescribir Numancia
la filosofía cínica y estoica
borrar a Sócrates
censurar a Séneca
a Montaigne
a Schopenhauer
a Nietzsche
a Camus
a Cioran
a Yavórov
a Tsvetaeva
a Plath
a Celan
a Mishima
a Pizarnik
a Woolf
(...)
Prevenir el suicidio
impedir la elección,
anular al hombre
y a la mujer;
suprimir nuestra condición.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Madrid Ciudad Capital
"Jugando en Tetuán". Foto familiar de un vecino del barrio (vía Aquí Tetuán) |
No importa quién seas
de dónde vengas
o cuánto tengas,
da igual si tu ventana da a un patio interior
que huele a puchero,
si está lleno de ratas
o sirve de tendedero.
Es lo mismo.
Aquí los coches suenan como olas rompiendo,
aquí sopla la brisa cada noche
tras el paso de camiones cisterna
del Servicio Municipal,
aquí ríen las viudas de ojos morados
los niños sin dientes
y las putas del este.
Aquí terminan todos los caminos
para volver a empezar.
Esta es la historia que no pudo ser,
de las cervezas desbravadas,
del "yo no soy racista pero",
de los taxistas guerracivilistas
y de los ciclistas kamikaze,
de las que quieren cambiar el mundo
sin saber cambiar de bragas.
Madrid fosa séptica
ciudad capital,
Madrid sosa caústica
yo no me iría nunca:
me quedaría hasta perder la memoria
y cada uno de mis dientes
sino fuese porque sé
que hace tiempo
que decidiste
mandarnos a todos
a la cola del palo.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Nada sucederá
Marinos en la Piscina, de Eugene Jansson |
ralentizad el ritmo
parad el tiempo,
descansad.
Habéis hecho un gran trabajo,
habéis agotado a la máquina
ahora perezosa,
vencida.
La muerte nos hará libres
la muerte,
la muerte llega cuando acaba la música
de los rotores y engranajes.
Nadie quiere ya hacerse cargo
¿para qué?
¿para seguir con este baile frenético?
Ya no nos hacen falta las pastillas ni los polvos
¿para qué?
¿para alimentar el depósito de esta vieja máquina?
Esperaremos a que lo haga otro,
no lo hará.
Dejaremos pasar las horas y los días,
los meses y los años.
Aguantaremos.
Permaneceremos tumbados
sobre los restos de la chatarra,
de cables, tuercas y rodamientos.
Caerá la producción, caerán los mitos,
caerá la noche sobre nuestras cabezas
con su cielo abandonado de estrellas
bajo las nubes tóxicas de la ciudad.
Nada acontecerá,
todas las tareas inacabadas
primero postergadas y luego abandonadas
ni siquiera colapsarán.
Nada.
Y mientras amanezca de nuevo
seguiremos durmiendo
y que salga el sol por donde quiera.
Llegará el día y con él la muerte,
demasiado tarde,
nosotros ya nos fuimos al quedarnos aquí esperando,
aquí,
esperando a que nadie arregle la máquina.
Prerokbe Ognja (Predictions of Fire) sobre la Neue Slowenische Kunst
Película documental completa "Prerokbe Ognja" (Predictions of Fire) de Michael Beson sobre la Neue Slowenische Kunst (NSK) filmado en 1996. Versión original subtitulada en inglés.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Decir adiós está de más
Mira los árboles
mira los pájaros
mira los coches,
son todo lo mismo para mi.
Todos los libros de mi biblioteca,
aquellos ejemplares de la Cuesta de Moyano,
los discos de vinilo,
todas las fotografías que nos hicimos
en todos aquellos rincones de Berlín,
los diplomas enmarcados de la pared,
las figuritas y los souvenirs,
todas las fechas marcadas en el calendario,
los post-it, las frases ingeniosas de mi libreta,
los archivos de mi carpeta "Personal",
la maleta de aquel viaje que aun no he deshecho,
los mensajes de texto que aun guardo en el móvil,
las manchas blancas de mis bragas
y los puntos rojos de la almohada
ya no significan nada para mi.
sábado, 1 de septiembre de 2012
El éxito de los kits y packs de suicidio rápido e indoloro
El suicidio es ya la primera causa de muerte violenta en España. Empresarios que se pegan un tiro, parados que se arrojan a las vías del tren, jóvenes que se lanzan desde un sexto piso o amas de casa que se atiborran a pastillas.
Cuando saqué a la venta Au Revoir "Pack definitivo para el suicidio" y el Kit Especial Suicidio Low Cost Anticrisis sabía que iban a tener muy buena acogida. Las visitas al blog se han incrementado considerablemente gracias a las búsquedas en google de formas rápidas e indoloras de suicidarse. He recibido muchos correos amenazantes, sí, pero sobretodo peticiones de presupuesto o directamente encargos sin importar el precio. "Mándamelo ya", "por correo urgente", "pago lo que sea". Después de una supuesta legalización de la marihuana y la prostitución, no se me ocurre otra fórmula de negocio más lucrativo y efectivo para incrementar las arcas del estado vía impuestos, además de ser una industria eminentemente productiva con un target cada vez más amplio.
Podría haberlos vendido. Sé donde comprar los materiales y sé como fabricarlos. Hasta el momento antes de publicar y difundir la venta del kit y del pack pensaba que no tendría ningún problema para ayudar a alguien a suicidarse en caso de querer hacerlo. Cada cual puede hacer lo que quiera, pueda o le dejen hacer con su vida. Si lo que quiere es terminar con todo, mejor que sea de la forma más limpia, fácil e indolora posible -a menos que desee sufrir o montar un buen circo. El suicidio es algo que siempre ha estado muy presente en mi vida, he conocido mucha gente que ha tratado de quitarse la vida de verdad y no lo ha logrado -los más- y otros que sí lo consiguieron.
Personalmente siempre he considerado el suicidio una buena opción para cuando mi vida no valga la pena. Una salida digna, una posibilidad que me mantiene bastante vivo. Saber que en el caso de que todo se joda puedo quitarme de en medio sin más da mucha tranquilidad y a la vez me permite arriesgarme un poco más. Porque si la cosa se tuerce, si tomo una mala decisión que me condicione negativamente el resto de mi vida, no tendré la carga de tener que soportar el peso del error. Simplemente adiós y buena suerte.
Vuelvo. Pensaba que no tendría ningún problema en ayudar a otra gente a suicidarse. No era mi intención distribuir ningún pack del suicidio, lo tenía bastante claro, pero pensaba que si quisiese no tendría ningún problema. Me equivocaba. Leer todos esos emails me ha puesto en mi sitio, me ha definido unos márgenes y unos límites -que me niego a llamar morales- que pensaba que no existían. Cada vez que leía uno de esos emails me preguntaba: "¿Soy un egoista? ¿Soy incapaz de echar un cable al que me está pidiendo ayuda para algo tan importante?" Pues será. O tal vez soy un cobarde, aun no lo tengo muy claro. Una cosa es darle un cocktel letal a un amigo que está postrado en una cama de por vida, a petición suya claro, y otra muy distinta es mandar un paquetito contrareembolso a alguien que no conoces de nada.
Me gustaría ser como Sharlotte Hydorn, una mujer de 92 años de California que vendía kits del suicidio para ayudar a la gente. Tras ver como sufrió su marido por un cáncer de colon y ser incapaz de matarle como él le pedía, se dedicó a vender más de mil unidades de suicidio por correo. Fue arrestada por las autoridades estadounidenses, como no podía ser de otra manera en aquel país. Pero yo, ahora lo sé, no puedo ser como ella. Me falta su grandeza.
La mayoría de emails pidiéndome un kit del suicidio eran muy escuetos, una simple pregunta sobre el precio y la disponibilidad o directamente con los datos postales del receptor para enviar por correo contrareembolso. Si bien este experimiento no ha pretendido ser un estudio sociológico, como tampoco un negocio, lo cierto es que se pueden sacar algunas conclusiones. La primera, obviamente, es que hay mucha gente que quiere suicidarse. La segunda, que interesará a algún que otro empresario, es que es negociocon muy buen margen de beneficios y una demanda creciente. La tercera es que la mayoría, la gran mayoría de suicidas, no necesitaban hablar de su problema, no buscaban indirectamente un teléfono de la esperanza o algo parecido. No, por lo que he podido deducir la mayoría quería comprarlo con el menor número de preguntas y complicaciones y recibirlo cuanto antes, sin tonterías.
El único tipo de cliente-suicida que sí que contaba sus problemas y motivaciones eran los que lo hacían por amor. Una gran parte de ellos lo hacían por alguien y para alguien. Es decir, que pretendía con su suicidio que otra persona reaccionase, causar impacto. Precisamente este grupo de personas eran los que, en realidad, no tenían intenciones reales de suicidio, sino que efectivamente necesitaban el maldito teléfono de la esperanza. O mejor dicho: un buen amigo. Pero ese tipo de contacto ha sido minoritario entre todos los emails que he recibido; una muestra marginal.
Otro dato curioso, y que me perdonen los que me hayan enviado un email (si es que siguen vivos), es que una gran parte de ellos tenía una vida cibersocial bastante pobre. Creo que debo ser sincero y decirlo claro: busqué compulsiva y obsesivamente los datos, nombres e emails en internet de los que estaban bastante seguros de querer suicidarse. Sé que es reprochable, pero a lo hecho pecho. De los que contaban motivos amorosos y que no pretendían realmente suicidarse no. Pero de los que sí, sí. Crucé datos en diversas redes sociales, en buscadores de internet; seguí su pista en foros de todo tipo, listas de correo, cualquier actividad que tuviesen en internet. Y nuevamente tengo que hablar de mayorías para indicar que muchos de ellos apenas tenían amigos en Facebook o en Twitter pese a tener bastante actividad.
Como última curiosidad que pueda contar -pues me reservo otros datos y cuestiones- es que más de una decena de los que estaban seguros de suicidarse habían dejado mensajes en foros quejándose de algo concreto (un problema legal y/o familiar en distintos foros temáticos tanto de dudas legales como pseudoconsultorios psicológicos) semanas y días antes de enviarme los correos a mi. Es decir, que la gente antes de querer suicidarse y tenerlo claro necesita expresarse, comunicarse y explicarse.
Para finalizar y dar carpetazo a esto sólo quiero hacer un último comentario a los que se dedicaron a insultar y amenazarme por email: la vida de cada cual le pertenece a uno mismo, por mucho que tenga padres, hijos o hipotecas por pagar. No sirve de nada tratar de imponer una visión personal sobre la responsabilidad (por ejemplo para el suicida que deja tirados y solos a sus hijos) o sobre cualquier tipo de religiosidad ("el suicidio es pecado"), es una pérdida de tiempo sermonear o evangelizar sobre este asunto. Si uno se quiere matar, si está realmente convencido, que lo haga. Y si alguien quiere salvarle a él o a su alma, si alguien quiere tomar partido sobre la vida de alguien que no conoce, que se lo piense dos veces. Porque creo que no hay nada peor que vivir sin querer hacerlo, y que esa responsabilidad para con los demás de seguir viviendo y tirando del carro queriendo estar muerto es contraproducente ya que dudo mucho que alguien que odia su vida vaya a tratar bien a sus prójimos, más bien al contrario.
Me gustaría ser como Sharlotte Hydorn, una mujer de 92 años de California que vendía kits del suicidio para ayudar a la gente. Tras ver como sufrió su marido por un cáncer de colon y ser incapaz de matarle como él le pedía, se dedicó a vender más de mil unidades de suicidio por correo. Fue arrestada por las autoridades estadounidenses, como no podía ser de otra manera en aquel país. Pero yo, ahora lo sé, no puedo ser como ella. Me falta su grandeza.
La mayoría de emails pidiéndome un kit del suicidio eran muy escuetos, una simple pregunta sobre el precio y la disponibilidad o directamente con los datos postales del receptor para enviar por correo contrareembolso. Si bien este experimiento no ha pretendido ser un estudio sociológico, como tampoco un negocio, lo cierto es que se pueden sacar algunas conclusiones. La primera, obviamente, es que hay mucha gente que quiere suicidarse. La segunda, que interesará a algún que otro empresario, es que es negociocon muy buen margen de beneficios y una demanda creciente. La tercera es que la mayoría, la gran mayoría de suicidas, no necesitaban hablar de su problema, no buscaban indirectamente un teléfono de la esperanza o algo parecido. No, por lo que he podido deducir la mayoría quería comprarlo con el menor número de preguntas y complicaciones y recibirlo cuanto antes, sin tonterías.
El único tipo de cliente-suicida que sí que contaba sus problemas y motivaciones eran los que lo hacían por amor. Una gran parte de ellos lo hacían por alguien y para alguien. Es decir, que pretendía con su suicidio que otra persona reaccionase, causar impacto. Precisamente este grupo de personas eran los que, en realidad, no tenían intenciones reales de suicidio, sino que efectivamente necesitaban el maldito teléfono de la esperanza. O mejor dicho: un buen amigo. Pero ese tipo de contacto ha sido minoritario entre todos los emails que he recibido; una muestra marginal.
Otro dato curioso, y que me perdonen los que me hayan enviado un email (si es que siguen vivos), es que una gran parte de ellos tenía una vida cibersocial bastante pobre. Creo que debo ser sincero y decirlo claro: busqué compulsiva y obsesivamente los datos, nombres e emails en internet de los que estaban bastante seguros de querer suicidarse. Sé que es reprochable, pero a lo hecho pecho. De los que contaban motivos amorosos y que no pretendían realmente suicidarse no. Pero de los que sí, sí. Crucé datos en diversas redes sociales, en buscadores de internet; seguí su pista en foros de todo tipo, listas de correo, cualquier actividad que tuviesen en internet. Y nuevamente tengo que hablar de mayorías para indicar que muchos de ellos apenas tenían amigos en Facebook o en Twitter pese a tener bastante actividad.
Como última curiosidad que pueda contar -pues me reservo otros datos y cuestiones- es que más de una decena de los que estaban seguros de suicidarse habían dejado mensajes en foros quejándose de algo concreto (un problema legal y/o familiar en distintos foros temáticos tanto de dudas legales como pseudoconsultorios psicológicos) semanas y días antes de enviarme los correos a mi. Es decir, que la gente antes de querer suicidarse y tenerlo claro necesita expresarse, comunicarse y explicarse.
Para finalizar y dar carpetazo a esto sólo quiero hacer un último comentario a los que se dedicaron a insultar y amenazarme por email: la vida de cada cual le pertenece a uno mismo, por mucho que tenga padres, hijos o hipotecas por pagar. No sirve de nada tratar de imponer una visión personal sobre la responsabilidad (por ejemplo para el suicida que deja tirados y solos a sus hijos) o sobre cualquier tipo de religiosidad ("el suicidio es pecado"), es una pérdida de tiempo sermonear o evangelizar sobre este asunto. Si uno se quiere matar, si está realmente convencido, que lo haga. Y si alguien quiere salvarle a él o a su alma, si alguien quiere tomar partido sobre la vida de alguien que no conoce, que se lo piense dos veces. Porque creo que no hay nada peor que vivir sin querer hacerlo, y que esa responsabilidad para con los demás de seguir viviendo y tirando del carro queriendo estar muerto es contraproducente ya que dudo mucho que alguien que odia su vida vaya a tratar bien a sus prójimos, más bien al contrario.
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