lunes, 19 de diciembre de 2011

Parte de Guerra V


No somos humildes: el objetivo de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. en esta fase de la guerra es devolver a la humanidad su animalidad, atacando al Virus desde lo más profundo de nosotros mismos: nuestra identidad. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara la guerra a nuestras identidades de forma permanente y sin tregua hasta la victoria o la muerte, que viene a ser lo mismo.

La idea del Yo no es innata al ser humano: es una construcción posterior individual, social e histórica. En el momento en el que nacemos no tenemos ninguna concepción del yo, no existen fronteras entre nosotros y todo lo demás. Nacemos en un estado indiferenciado de fusión con el mundo, sin autoconsciencia. El Yo va surgiendo y afianzándose durante el proceso de la adolescencia, donde se desarrolla la impresión subjetiva de un Yo propio paralelamente a la maduración de las estructuras corticales y en interacción con el entorno en el que vivimos. Es decir el Yo es una entidad dependiente de la cultura en la que crecemos. Por eso el proceso de construcción del Yo está condicionado por elementos externos que nos impiden ser nosotros mismos: es el entorno -la cultura y la sociedad- el que imprime el carácter de la identidad individual de cada persona. Por eso no es de extrañar que la primera identidad moderna sea del Yo frente al mundo.

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. reivindica el Yo como parte indisoluble del mundo y declara la guerra a las identidades.

El Virus es omnipresente. No abarca ningún territorio determinado, no tiene bandera, no está representado por nadie aunque existan elementos humanos que lo personifiquen con más virulencia que otros durante un periodo de tiempo concreto y limitado. El Virus es una  enfermedad exógena que se instala en cada uno de nosotros a lo largo de nuestra existencia. El proceso de la llamada madurez es el punto álgido de la infección, la culminación de la primera etapa vírica, el momento de su completa vinculación orgánica con cada individuo. 

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. por lo tanto declara a la infancia como sujeto revolucionario de primer orden. Hemos establecido contactos con grupos insurrectos del K.I.N.D.E.R.G.A.R.T.E.N. y con elementos aislados de parvulario para iniciar la ofensiva contra las identidades y contra el llamado "mundo adulto", segmento de la población humana donde se evidencia la mayor concentración de infectados y donde hemos identificado el mayor número de apologistas del Virus.


Somos los no domesticados
¡Temednos!
¡ESTO O NADA!