martes, 18 de julio de 2017

MESTIPEN

Hasta ahora
la única forma de cambiar el mundo
es que caiga un meteorito y acabe
con casi todas las formas de vida existentes
para que otras nuevas florezcan.

Hasta entonces esto es lo que hay,
miserias y alegrías que nos atraviesan
mientras albergamos en un mismo fuego
todos los incendios del ayer por venir.
Cada percepción podría transformarse
en una realidad,
pero por el momento en todas
se siguen contando las monedas
por el número de días
que se pueden comer con ellas.

Solución,
a la espera del meteorito,
huir como galgo en fiestas
y atravesar en línea recta
el orden geométrico de las lindes
del corazón de esta maldita Máquina.
Lo peor que podría ocurrir
sería ver la deflagración a lo lejos,
sonrientes,
mientras morimos de inanición.