viernes, 13 de febrero de 2015

Cleptoparasitario

Yo también nací póstumo
y todo lo que toco me pertenece de forma generosa.
Prefiero la carroña,
como las hienas,
las noches predestinadas al laberinto
y la risa solidaria, a veces disolvente.
Poco importa, no soy gregario
tampoco indiferente,
deseo el valor de las cosas prohibidas
favorezcan o perjudiquen a la gente.
La gente no importa, la gente no existe.
Existo yo, existes tú, existe ella y esos de allí
pero no la gente
ni el pueblo
ni la patria
ni el dinero.
Mejor el placer que el esfuerzo,
robar que ganar, aunque sea lo mismo,
las personas torcidas, doblar las esquinas
las palabras malditas
y existir como cruzan la calle los viejos,
porque de todas formas vamos a morir atropellados.