sábado, 28 de diciembre de 2013

Nº0

Bienvenido al vacío
-dijo el mensajero de la mala nueva-
Yo te enseñaré el camino torcido
donde aúllan los niños perdidos
de los huesos quebrados de las manos que aun no han tocado,
de las cuencas vacías de los ojos que aun no han visto,
de las narices rotas
de las piernas deformes
de los cuchillos sin retorno y de los gritos sin sustento.
Arrodíllate
-dijo-
arrástrate desnudo entre los vivos sin verbo,
recoge la mugre, trágate el semen,
agárrate a sus pechos sin vida
pero avanza
-dijo-
Repta, aprovecha la bilis, inyéctate el virus
degrádate
humíllate
troncha los barrotes del pecho y cuando hayas acabado
-dijo-
mátalos a todos
mátalos de hambre, de risa, deprisa,
mátalos
mátame
mátate
-dijo-
A cambio te daré la tierra
calmaré las aguas
y apagaré tu fuego
si eso es lo que quieres.